El viejo maestro en el obrador artesano de cerámica : “ve un joven con la serenidad de quién ha vivido toda su vida y la energía de quien tiene toda una vida por vivir”. Comprobamos como nos ayuda el kintsuhuroi emocionalmente.
Sigue con su reflexión : “La cerámica y la vida pueden romperse en mil pedazos, pero no por ello tenemos que dejar de vivir la vida intensamente y de depositar en ella todas nuestras esperanzas e ilusiones”
Estos dos fragmentos son parte del libro “KINTSUKUROI . El arte de curar heridas emocionales” de Tomás Navarro, psicólogo que reside en la Cerdanya y con un objetivo claro: sacar la psicología de la consulta y de las aulas y ponerlo al servicio de las personas.
El Kintsukuroi es el arte japonés de recomponer lo que se ha roto. Cuando una pieza de cerámica se rompe, los maestros kintsukuroi la reparan.
Después de leerlo me he hecho mi resumen personal para afrontar los contratiempos con la ayuda de este libro, el cual os recomiendo con gran interés.
Vivir conlleva la posibilidad de sufrir heridas, nuestro cuerpo ya lo tiene previsto y está preparado para recomponer las heridas tanto físicas como emocionales.
Hemos de ser más fuertes que la vida y ser capaces de superar y reparar los “desperfectos”.
Quedarse anclado en el dolor no nos permite que nuestra mente active el impulso de reparación, reparar las emociones deterioradas para volverlas a su lugar.
Reflexionar sobre lo que ha pasado, lo que sentimos en este momento y lo que pensamos sobre ello. “Estudiar” lo que pensamos en este momento.
Sobre todo no hay que esperar a tocar fondo para reaccionar, antes hay que pasar a la acción.
SABER que en un futuro estaremos mejor y que esto ya es un buen motivo para recomponer nuestra vida.
Y poco a poco con empeño descubriremos como nos ayuda el kintsukuroi emocionalmente.
Pero sin duda, el poner de nuestra parte para superar las emociones adversas, porque vivir cuesta.
Y como colofón tres palabras que a los maestros del kintsukurori les encantará: aprovecha el tiempo.